PUNTILLISMOCRANEO: MOLDEADO Y APERTURA DE BLANCO.

William Blake (Londres, 28 de noviembre de 1757 – id. 12 de agosto de 1827) fue un poeta, pintor, grabador y místico inglés. Aunque permaneció en gran parte desconocido durante el transcurso de su vida, actualmente el trabajo de Blake cuenta con una alta consideración. Por la relación que en su obra tienen la poesía y sus grabados respectivos suele ponerse a Blake como ejemplo del «artista total»: «William Blake es con gran margen el mayor artista que Gran Bretaña ha producido» [1]
Considerar los logros de Blake en poesía o en las artes visuales por separado sería perjudicial para entender la magnitud de su obra: Blake veía estas dos disciplinas como dos medios de un esfuerzo espiritual unificado, y son inseparables para apreciar correctamente su trabajo. Por esta razón, las ediciones ilustradas de la obra de Blake han sido especialmente valoradas en el pasado, hasta que los avances en las técnicas de impresión han permitido una mayor difusión, al hacer éstas más accesibles. [2]
Blake nació en el 28 de Broad Street, Golden Square, Londres, en una familia de clase media nueva. Su padre era calcetero. Se cree que pertenecieron a una secta religiosa radical denominada Dissenters. La madre de Blake, Catherine Wright, y su primer marido habían pertenecido a la Iglesia de Moravia, y algunos críticos advierten ciertos ecos moravianos en la poesía de Blake. La Biblia fue una influencia temprana y profunda en Blake, y seguiría siendo una fuente de inspiración crucial durante toda su vida.
Desde una edad temprana Blake tuvo visiones, la más precoz fue cuando, en Peckham Rye, teniendo alrededor de nueve años vio un árbol lleno de ángeles «adornando con destellos, como estrellas, cada rama». De acuerdo con el biógrafo victoriano de Blake, Alexander Gilchrist, después de tener la visión regresó a su casa y lo comentó, escapando de una paliza de su padre por la intervención de su madre. Aunque todas las evidencias sugieren que los padres apoyaban a Blake y eran de tendencia muy liberal, su madre parece que fue especialmente defensora; varios dibujos y poemas primerizos de Blake decoraban las paredes de su habitación.
En otra ocasión, Blake observó a los segadores trabajando, y vio «figuras angelicales caminando entre ellos». Es posible que otras visiones ocurrieran antes de estos incidentes: más adelante en su vida, la esposa de Blake, Catherine, le recordaría la vez que vio la cabeza de Dios «colocada en la ventana». La visión, recordaba Catherine a su marido, le dejó gritando.[3]
Blake comenzó a grabar copias de dibujos de antigüedades griegas, llegando su padre a comprarle algunas (una indicación más del apoyo que sus padres le dieron), una práctica que le era preferida al dibujo propio. A partir de estos dibujos, Blake encontró su primera exposición a las formas clásicas, a través del trabajo de Rafael, Miguel Ángel o Alberto Durero, artistas que no gozaban entonces de igual reconocimiento, pero que Blake creía superiores a aquellos de las esculas flamencas y venecianas. La influencia de estas obras clásicas en sus pinturas puede apreciarse en su obra posterior.[4]
Sus padres conocían su temperamento testarudo y no le enviaron a la escuela sino que le permitieron acceder a la escuela de dibujo de Henry Pars, donde aprendió los fundamentos de este arte.Leía ávidamente los temas que él mismo elegía. Durante este período, Blake también hacía exploraciones en la poesía; sus primeros trabajos mostraban el conocimiento de Ben Jonson y Edmund Spenser.
El 4 de agosto de 1772, a la edad de catorce años, Blake comenzó sus siete años de aprendizaje con James Basire, grabador de la Society of Antiquaries y de la Royal Society, en el 31 de Great Queen Street. El estilo de Basire, que muchos consideraban anticuado, encajaba más con el estilo personal de Blake; sin embargo, la instrucción en esta forma anticuada pudo haber tenido despúes un efecto perjudicial en sus intentos por adquirir trabajo o reconocimiento al final de su vida.
Durante este tiempo Blake aprendió la complicada técnica de los grabados tal como se hacían en la Inglaterra de finales del siglo XVIII. Se cree que algunas de las ilustraciones de Blake durante esta época pudieron ser las de A New System, or an Analysis of Ancient Mythology de Jacob Bryant, y Sepulchral Monuments in Great Britain de Richard Gough. Sin embargo muchos de los trabajos que llevaban a cabo los aprendices en aquella época eran firmados por el maestro, de modo que no podemos saberlo con seguridad.
Basire era, al parecer, un buen profesor para Blake: no hay registros de ningún desacuerdo serio entre los dos durante el período de aprendizaje de Blake. Sin embargo, más adelante, Blake agregaría el nombre de Basire a su lista de adversarios artísticos, para tacharlo después.[5] Durante su aprendizaje, Basire le envió a realizar copias de iglesias góticas de Londres, y especialmente para copiar los grabados de las tumbas de los reyes y reinas en la Abadía de Westminster (posiblemente para terminar con una pelea Blake y James Parker, otro de los aprendices). Las primeras obras que pueden atribuirse con toda seguridad a Blake muestran su interés por la historia y la leyenda británica, más tarde unificaría estas obras en Joseph of Arimathea among the Rocks of Albion.
La abadía de Westminster tenía a finales del XVIII un aspecto completamente distinto al actual, estaba adornada con armaduras, efigies funerales pintadas y trabajos de cera multicolor. Fueron particularmente las experiencias de Blake en la abadía las que comenzaron a formar en el artista los fundamentos de sus ideas y su estilo artísticos. Blake empleó muchas tardes realizando bosquejos de la catedral, durante las cuales era en ocasiones interrumpido por alumnos de la escuela de Westminster. En una ocasión un estudiante molestó tanto a Blake que éste le golpeó haciéndole caer contra un andamio en el suelo, «sobre el cuál cayó con gran violencia». En la abadía, Blake tuvo otras visiones de una gran procesión de monjes y sacerdotes, que caminaban bajo el sonido de «un canto litúrgico y una coral».
En 1779, a los 21 años, Blake pasó a ser estudiante de la Royal Academy en Old Somerset House. A pesar de que su educación allí no requería ningún pago por su parte, tuvo que conseguir sus propios materiales de trabajo durante los seis años de aprendizaje. Allí se rebeló contra lo que consideraba como el estilo inacabado de pintores de moda como Rubens, defendido por Joshua Reynolds, primer presidente de la escuela. Con el tiempo, Blake empezó a detestar la actitud de Reynolds sobre el arte, especialmente su búsqueda de la «verdad y la «belleza general». Reynolds en sus Discourses sostenía que «la tendencia a la abstracción era la mayor gloria de la mente humana». Blake, en un escrito privado respondió que «generalizar es ser un idiota, particularizar es la única distinción del mérito». Sentía Blake aversión también por la aparente humildad de Reynolds, que veía como una forma de hipocresía. En lo artístico, Blake prefería la exactitud clásica de sus primeras influencias, Miguel Ángel y Rafael a los óleos de Reynolds, que eran más «a la moda».
En junio de 1780, mientras caminaba hacia la tienda de Basire, Blake fue arrastrado por una multitud violenta que asaltaba la prisión de Newgate de Londres. La muchedumbre llevaba escarapelas (cintas) en sus gorros, como símbolo solidario a la insurrección de las colonias norteamericanas. Atacaron a los guardias de la prisión con palas y picos, antes de prender fuego al edificio. Los amotinados escalaron hasta el tejado y lo demolieron, liberando a los prisioneros. Blake se encontraba en la primera fila de la multitud durante el ataque. Muchos biógrafos creen que acompañó a la multitud por impulso.
Estos disturbios eran la respuesta a un proyecto de ley del parlamento que revocaba las sanciones contra los católicos. Se les ha venido a denominar los tumultos de Gordon debido a Lord George Gordon (cuya asociación protestante incitó a las revueltas) y provocaron una ráfaga de legislaciones por parte del gobierno de Jorge III, así como la creación de la primera fuerza policial británica.
En 1782 Blake conoció a John Flaxman, que llegaría a ser su patrón, y a la que sería su esposa Catherine Boucher. En ese tiempo, Blake había sido rechazado al pedir matrimonio a otra mujer. Tras contarle a Catherine y su familia la historia, y ante la compasión mostrada por ésta, Blake afirmó amarla. Se casaron el 18 de agosto de 1782 en la iglesia de St. Mary, Battersea. Catherine era por entonces analfabeta, y firmó con una x su contrato marital. Más adelante Blake le enseñaría a leer y escribir así como a realizar grabados. Durante su vida, Catherine fue una inestimable ayuda para Blake, ayudando a imprimir sus trabajos iluminados y manteniendo su alegría estable tras numerosas desgracias. Su matrimonio, aunque sin hijos, continuó fiel y afectuoso durante el resto de la vida de Blake.
George Cumberland, uno de los fundadores de la National Gallery, llegó a ser un admirador del trabajo Blake. La primera colección de poemas de Blake, Poetical Sketches, fue publicada durante 1783. Después de la muerte de su padre, William y su hermano Robert abrieron una imprenta (1784) y comenzaron a trabajar con el editor radical Joseph Johnson. En la casa de Jonhson, Blake conocería algunos de los principales intelectuales disidentes de su época de Inglaterra, incluyendo al científico Joseph Priestley, el filósofo Richard Price, el pintor y futura amistad suya John Henry Fuseli, la escritora y feminista Mary Wollstonecraft y el revolucionario americano Thomas Paine. Blake, al igual que William Wordsworth o William Godwin, tenía puestas grandes esperanzas en las revoluciones francesa y americana; de hecho, acostumbraba a llevar una gorra roja como señal de solidaridad con los revolucionarios franceses. Sin embargo, sus esperanzas se vieron truncadas con Maximilien Robespierre y el Reinado del Terror durante la Revolución francesa.
Mary Wollstonecraft llegó a ser una amistad íntima, y Blake ilustró su Original Stories from Real Life (1788). Al parecer, compartían visiones similares sobre la igualdad de sexos y la institución del matrimonio. En Visions of the Daughters of Albion de 1793 Blake condenó la absurda crueldad de la castidad y el matrimonio sin amor y defendió el derecho de la mujer a su completa autorrealización.
En 1788, Blake comenzó a experimentar la técnica del aguafuerte, método usado para ilustrar la mayoría de sus libros de poemas. Este proceso es también denominado como impresión iluminada y lo que produce, libros iluminados o impresiones iluminadas. La impresión iluminada implicaba escribir el texto de los poemas en planchas de cobre con plumas y cepillos, usando un medio resistente al ácido. Las ilustraciones podían aparecer junto al texto de igual modo que los manuscritos iluminados medievales. Luego bañaba las placas en ácido para disolver el cobre no tratado y dejar únicamente el diseño. Las páginas impresas con estas placas tenían que ser recoloreadas a mano con pinturas al agua y después se cosían para formar un volumen. Blake utilizó esta técnica en cuatro de sus trabajos: Canciones de inocencia y de experiencia, The Book of Thel, El matrimonio del cielo y el infierno y Jerusalem.
Aunque el matrimonio entre Blake y Catherine fue feliz y devoto hasta el final de su vida, hubo problemas iniciales como el analfabetismo de Catherine y fracaso de la pareja en tener hijos. En un punto, de acuerdo con las creencias de la Swedenborgian Society, Blake sugirió traer a una concubina; a Catherine le apenó la idea, y Blake la desechó.
Más adelante, Blake vendió una gran cantidad de trabajos, en especial sus ilustraciones de la Biblia, a Thomas Butts. Cerca de 1800, Blake se trasladó a una casa de campo en Felpham (actual West Sussex), para llevar a cabo el trabajo de ilustrar las obras de William Hayley, un poeta mediocre. En este lugar Blake escribió Milton: a Poem, que sería publicado entre 1805 y 1808.
Blake aborrecía la esclavitud y creía en la igualdad sexual y racial. Varios de sus poemas y pinturas expresan una noción de humanidad universal. Conservó un interés activo en los acontecimientos sociales y políticos durante toda su vida, aunque a menudo se vio forzado a disimular el idealismo social y trasformar las declaraciones políticas en alegorías místicas protestantes. Blake rechazó toda forma de autoridad impuesta: de hecho, fue acusado por asalto y por pronunciar expresiones sediciosas y de traición contra el Rey en 1803 pero fue absuelto de estos cargos en las sesiones de Chichester.
Las opiniones de Blake sobre la opresión y la restricción de libertades se extendían a la Iglesia. Blake se consideraba un seguidor de la filosofía unitaria, y también manifestó ser Chosen Chief de la Ancient Druid Order desde 1799 a 1827. Sus creencias espirituales se evidencian en los poemas de Canciones de experiencia (de 1794), en los que Blake muestra su distinción entre el Dios del Antiguo Testamento, cuyas restricciones rechazaba, y el del Nuevo Testamento (Jesucristo), que veía como influencia positiva.
Blake regresó a Londres en 1802 y comenzó a escribir e ilustrar Jerusalem (1804 a 1820). Fue presentado por George Cumberland a un joven artista, John Linnell. A través de Linnell, Blake conoció a Samuel Palmer, que pertenecía a un grupo de artistas que se denominaban los «Antiguos de Shoreham» (Shoreham Ancients). Este grupo compartía con Blake el rechazo a las tendencias modernas y su creencia en una nueva era espiritual y artística. A la edad de 65, Blake comenzó a trabajar en las ilustraciones para el Libro de Job. Estos trabajos fueron posteriormente admirados por John Ruskin, que comparaba favorablemente a Blake con Rembrandt.
William Blake murió en 1827 y fue enterrado en una tumba sin nombrar, en Bunhill Fields, Londres. Un monumento fue erigido para él y su esposa. Su vida se podría resumir en su declaración: «La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma». Blake ha sido reconocido como santo por la Ecclesia Gnostica Catholica. El premio Blake para arte religioso fue establecido en Australia en 1949, en su honor.
La pintura de Blake, basada en visiones fantásticas de rico simbolismo, tiene cierta influencia de Miguel Ángel, por la musculatura de sus figuras y los escorzos a los que las somete. Aplicó su arte pictórico para ilustrar tanto composiciones propias como ajenas: el Paraíso perdido de Milton (una de sus obras favoritas), o Las noches, de Edward Young. La relación que hay entre los poemas y las ilustraciones es compleja y exige imaginación por parte del lector, ya que se basa no tanto en el tema del poema en sí como en la sensación que este transmite.
La sección áurea se usó mucho en el Renacimiento, particularmente en las artes plásticas y la arquitectura. Se consideraba la proporción perfecta entre los lados de un rectángulo.
Da Vinci hizo las ilustraciones para una disertación publicada por Luca Pacioli en 1509 titulada De Divina Proportione, quizás la referencia más temprana en la literatura a otro de sus nombres, el de "Divina Proporción". Este libro contiene los dibujos hechos por Leonardo da Vinci de los cinco sólidos platónicos. Es probable que fuera Leonardo quien diera por primera vez el nombre de sectio áurea. En 1525, Alberto Durero publica Instrucción sobre la medida con regla y compás de figuras planas y sólidas donde describe cómo trazar con regla y compás la espiral basada en la sección áurea, que se conoce como “espiral de Durero”.
Los artistas de Renacimiento utilizaron la sección áurea en múltiples ocasiones tanto en pintura, escultura como arquitectura para lograr el equilibrio y la belleza. Leonardo da Vinci, por ejemplo, la utilizó para definir todas las proporciones fundamentales en su pintura La última cena, desde las dimensiones de la mesa, hasta la disposición de Cristo y los discípulos sentados, así como las proporciones de las paredes y ventanas al fondo.
Leonardo da Vinci, en su cuadro de
Los artistas de Renacimiento utilizaron la sección áurea en múltiples ocasiones tanto en pintura, escultura como arquitectura para lograr el equilibrio y la belleza. Leonardo da Vinci, por ejemplo, la utilizó para definir todas las proporciones fundamentales en su pintura La última cena, desde las dimensiones de la mesa, hasta la disposición de Cristo y los discípulos sentados, así como las proporciones de las paredes y ventanas al fondo.
El astrónomo Johannes Kepler (1571-1630), descubridor de la naturaleza elíptica de las órbitas de los planetas alrededor del Sol, mencionó también la divina proporción: “La geometría tiene dos grandes tesoros: uno es el teorema de Pitágoras; el otro, la división de una línea entre el extremo y su proporcional. El primero lo podemos comparar a una medida de oro; el segundo lo debemos denominar una joya preciosa”. Y, creyente como era dijo: "no cabe duda de que Dios es un gran matemático"
Hoy en día la sección áurea se puede ver en multitud de diseños. El más conocido y difundido sería la medida de las tarjetas de crédito, la cual también sigue dicho patrón, así como nuestro carné de identidad y también en las cajetillas de cigarrillos.
En la arquitectura moderna sigue usándose; por ejemplo, está presente en el conocido edificio de
En 1941 se muda a Baarn (Holanda), después de una estancia difícil en Bélgica (estamos en plena 2ª Guerra Mundial). Parece que debido al habitual mal tiempo de esa región, donde los días soleados se consideran una bendición, es por lo que abandona los motivos paisajísticos como modelos y se centra más en su propia mente, encontrando en ella una potentísima fuente de inspiración. Quizás por ello en este período su producción sea tan fructífera y regular, y sólo se verá interrumpida por la operación que sufrió en 1962, consecuencia de su debilitada salud. En 1969 con 71 años realiza su grabado "Serpientes" donde demuestra sus facultades a pesar de su avanzada edad.
En 1970 se traslada a
MATEMÁTICAS Y ESCHER: EL INFINITO.
En 1959, en un artículo, el propio Escher expresaba lo que le motivaba a representar la idea del infinito: "Nos resulta imposible imaginar que, más allá de las estrellas más lejanas que vemos en el firmamento, el espacio se acaba, que tiene un límite más allá del cual no hay nada. El término vacío todavía nos dice algo, puesto que un espacio determinado puede estar vacío, por lo menos en nuestra imaginación; pero no estamos en condiciones de imaginar algo que estuviese vacío en el sentido de que el espacio deja de existir. Por esta razón, desde que el hombre existe sobre la tierra, desde que está de pie, sentado o acostado, desde que corre, navega, anda a caballo y vuela, nos aferramos a la idea de un más allá, de un purgatorio, de un cielo y de un infierno, de una transmigración y de un nirvana, todos lugares de infinita extensión en el espacio o estados de infinita duración en el tiempo".
Con la partición regular de la superficie no se ha obtenido todavía la idea del infinito, sino sólo un fragmento de él. Si la superficie fuese infinitamente grande - imposible en nuestra realidad cotidiana – necesitaríamos infinitas partes para cubrirla en su totalidad.Pero existen otras formas de representar artísticamente el infinito sin necesidad de curvar la superficie. Escher hace varios intentos en esta dirección, al principio muy influido por sus anteriores trabajos sobre particiones regulares del plano. La idea es sencilla, se trata de ir dibujando figuras que encajen entre sí rellenando el plano y que poco a poco van aumentando o disminuyendo de tamaño (según sea el caso) hasta dar la impresión de que hay un número infinito de ellas.
Pero no se trata sólo de una impresión, puesto que disponemos un método, usado por Escher, para encajar un número infinito de figuras en un espacio finito. Basta con tomar objetos cuyas áreas sigan la regla: 1/2, 1/4, 1/8, 1/16, ... y así sucesivamente. Si sumáramos todas sus áreas tendríamos la expresión: 1/2 + 1/4 + 1/8 + 1/16 +.....=1, que es una serie convergente de suma la unidad. Con este método podríamos dibujar un número infinito de figuras en una superficie finita.
Podemos ver en la siguiente figura un esbozo de ese método, usado en su diseño "Límite cuadrado".